Encontramos los elementos en cada parte del gran libro de la historia humana. Las sociedades animistas, los chamanes, los griegos bajando del mito a la filosofía su relación con el mundo, los chinos y su medicina milenaria, los druidas y los alquimistas, los científicos y los artistas.

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En mi práctica, cuando fotografío los elementos siento que no me puedo apartar del misterio. Siento que el misterio nos acompaña en cada instante, si lo queremos. El misterio funciona como una pasarela, un puente que nos lleva a otras comprensiones, amplifica la visión, ensancha nuestros horizontes.

 

Creo que el misterio nos liga a lo que no sabemos aún pero cuya importancia nos atrae sin poder entenderla. Tenemos que abrirnos a encontrar lo que no buscamos porque si esperamos encontrar únicamente lo que buscamos sólo obtendremos aquello y en eso se muere el misterio y con él  una parte de nuestra relación con el mundo.

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Busco comprender las formas que tiene la vida para manifestarse. Y cuanto más voy dentro de la exploración de los elementos más siento que me acerco y más siento que me alejo. Es un movimiento de péndulo entre Saber y Misterio. Más sé y menos busco, más busco y menos sé. 

 

A veces me siento como el alquimista que busca revelar la esencia de la materia para encontrar dentro de sí mismo los puentes hacia la vida. Cada elemento es un puente específico, no se vive lo mismo fotografiando al Agua que al Fuego, las sensaciones físicas son distintas frente al Aire o frente a la Tierra.

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Dejaré unas imágenes y unas palabras para que puedas, tú también, ver o sentir lo que ocurre cada segundo a tu alrededor.

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