Rúben

Guiado por un instinto irracional y alimentado con una curiosidad juguetona , llegué al estudio de Stephan. Descubrí a un ser tierno y sensible abriendo las puerta hacia un espacio de confianza y profunda relajación. Tras preparar la luz y su cámara de fotos comenzó la sesión, y guiado por sus palabras inicio un viaje hacia lo más profundo de mi interior. Sin expectativas sobre el resultado, el objetivo de la cámara fue transformándose en una mirada sincera, que capturaba instantes, esbozos de sensaciones. Desde un estado que podria describir como meditativo y abierto, afloraron sentimientos de gratitud, bondad y profundo amor, me sentía vital. Sin lugar a dudas una energía especial guiaba el momento mostrando nuestra esencia, nuestro ser. Y tras la sesión vino la espera, el momento de recibir el instante seleccionado por Stephan. ¿Me vería reconocido? ¿Realmente sería algo más que una imagen? Si bien esas preguntas surgieron, en ningún momento sentí impaciencia por averiguarlo, tenía la misma sensación instintiva que me acercó a Stephan. Llegó la imagen junto a algunos comentarios del artista. Es emocionante observar como una fotografía es capaz de hacer resonar tanto y revelar de forma tan nítida la propia esencia, permitiendo adentrarse en detalles e indagar por la naturaleza de los mismos. Esto resulta especialmente interesante al compartirla, donde de nuevo la mirada que otros observadores hacen resuena en mi interior. Mi ser se siente retratado, quien y como soy así como las huellas del pasado. Sin lugar a dudas, todo el camino recorrido en esta experiencia está lleno de significativos momentos, un viaje de autoconocimiento y sensaciones, que continúa vivo.

Rúben.